Los «caucus» de Iowa abren el 3 de enero las primarias republicanas en EE.UU.
Washington.- Estados Unidos vuelve a las urnas en 2012 para elegir a su presidente al final de un maratón democrático de casi un año que comienza el martes próximo en Iowa, absorberá las energías políticas del país y concentrará la atención mundial.
En esta ocasión el proceso empieza muy pronto, el 3 de enero, cuando apenas concluidos los festejos navideños y de fin de año en EEUU tengan lugar los llamados «caucus» de Iowa.
Tradicionalmente, este estado del medio oeste situado en el corazón del país abre la campaña de elecciones primarias con las que los dos grandes partidos, el Republicano y el Demócrata, seleccionan a sus respectivos candidatos a la Casa Blanca.
Esta vez, en el lado demócrata no habrá combate, porque el actual presidente, Barack Obama, permanece como candidato indiscutible desde que anunció en abril su decisión de optar a un segundo y definitivo mandato.
La disputa, muy reñida, se sitúa en el bando republicano, donde siete aspirantes pugnarán por los votos y los apoyos necesarios de aquí al 30 de agosto, fecha en la que la Convención Nacional del partido designará en Tampa (Florida) al rival de Obama para los comicios del 6 de noviembre.
Después de meses de precampaña, de casi una veintena de debates televisivos y de numerosos sondeos informales de opinión, Iowa será para los republicanos la primera cita real con los votantes.
Encabezan las encuestas el expresidente de la Cámara de Representantes Newt Gingrich, el exgobernador de Massachusetts Mitt Romney y el congresista ultraliberal y de ideas libertarias Ron Paul.
Más atrás les siguen el gobernador de Texas, Rick Perry; la congresista del Tea Party Michele Bachmann, el senador Rick Santorum y -muy rezagado- el exembajador en China Jon Huntsman, quien ante la falta de opciones en Iowa ha optado por concentrar sus energías en la siguiente cita, Nuevo Hampshire.
La elección del candidato de cada partido, como por otro lado también la del presidente de los Estados Unidos, se lleva a cabo de manera indirecta, es decir los ciudadanos eligen delegados que son quienes votan por uno u otro candidato.
En la fase de primarias, los electores son por lo general los miembros registrados del partido, aunque cada formación tiene sus propias reglas, más o menos abiertas a los independientes, y el procedimiento puede variar de estado a estado.
Lo singular del sistema de «caucus», frente a las elecciones primarias convencionales, es que los votantes del partido se reúnen en asambleas ciudadanas -en la iglesia, la escuela o incluso el domicilio de alguno de ellos-, para expresar su preferencia por una u otra corriente después de un debate que puede durar horas.
Las asambleas eligen delegados a las convenciones de condado y éstas a su vez envían representantes a la convención del estado, que elige en último término a los delegados que acudirán a la convención nacional del partido de la que saldrá el candidato.
En Iowa, un estado de unos tres millones de habitantes, hay casi 1.800 de estos «caucus».
El interés que suscitan a nivel nacional e internacional las asambleas de vecinos de Iowa no guarda proporción con el tamaño ni la relevancia de este estado.
Iowa no es representativo de la media estadounidense, ni desde un punto de vista económico, ni social o demográfico, aunque en los últimos años ha ido modificando su perfil de estado agrario, cristiano-evangélico y predominantemente blanco.
Pero el hecho de ser el primero donde se vota otorga un plus de atención mediática y de impulso al ganador de estas primarias que a menudo se ha revelado decisivo para el resto de la campaña por la nominación.
En cualquier caso, los aspirantes se emplean a fondo en este estado para asegurarse la mejor «pole position» (el primer lugar).
El último que venció en los «caucus» republicanos de Iowa y ganó después las elecciones presidenciales fue George W. Bush en el año 2000.
En 2008, sin embargo, los votantes republicanos de este estado se decantaron por Mike Huckabee quien no conseguiría al final la nominación, que recaería sobre John McCain. EFE
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