Un Hamlet cubano «contra la insolencia de los tiranos» llega a Miami

| 3 mayo, 2012 | Reply

Miami.- Un Hamlet cubano, que plantea en la adaptación de la obra shakespereana una reflexión sobre la traición, la venganza y la corrupción moral, llega a Miami con la «carga política» de un texto en que destino y tiranía marcan a la isla caribeña.

Esta nueva adaptación de «Hamlet», titulada «Hamlet, Príncipe de Cuba», del director Michael Donald Edwards, «no es un panfleto político», pero la grandeza filosófica del texto original se adapta a lo que ocurre en la isla, dijo a Efe el dramaturgo cubanoamericano Nilo Cruz, traductor de la pieza.

El «juego de la escenografía y el vestuario», pese a que la pieza se sitúa en la Cuba convulsa de 1898, cuando dejó de ser colonia española, hace preguntarse al público si no estamos más bien en 1959 o en 1991, cuando se decretó el período especial, en el que se sumió la isla tras la caída del bloque soviético, apuntó Cruz.

En ese sentido, El ganador en 2003 del Pulitzer de Teatro con la obra «Ana en los Trópicos» destacó que hay ciertos párrafos en «Hamlet» que, de alguna manera, «reflejan e insinúan lo que está ocurriendo hoy en Cuba».

Así, «ciertos parlamentos» de la obra adquieren un valor especial cuando la pieza se sitúa en Cuba, especialmente, dijo, aquellos que se quejan de la «tardanza de la ley, la insolencia de los tiranos, la hipocresía de los miserables que juran por las virtudes de la paz mientras alzan sus armas de guerra».

Eso sí, la indudable carga política que marca el texto «no apunta con el dedo», sino que «señala de una manera muy sutil» y conserva el profundo lirismo de una pieza en que Hamlet es «básicamente una isla», «completamente solo», con el destino de una venganza que cumplir por el asesinato de su padre a manos de su tío Claudio.

Esta visión de un Hamlet «aislado en la locura que se inventa», que huye de la realidad, guarda cierta similitud en su alma desequilibrada con «lo que ocurre en Cuba», explicó el traductor de la adaptación, que presentará la compañía Asolo Repertory Theatre en español e inglés del 11 al 13 de mayo en el Centro de Artes Culturales del Sur de Miami-Dade.

«El resto fue descifrar este lenguaje antiguo y tratar de modernizarlo un poco para un público actual, pero sin quitarle la poesía shakespereana», expresó Cruz, quien resaltó, aparte de la calidad del texto, el placer que extrajo de este proyecto en el que trabajó desde septiembre de 2011.

«No quería realizar un traducción muy académica», hizo hincapié, para agregar que el entusiasmo que siente por el príncipe Hamlet procede del enorme peso de este personaje, que lo llena todo y deslumbra por su «dimensión psicológica» tan compleja.

«Lo que más me interesa de Hamlet es que es un dramaturgo, está obsesionado con el mundo de la dramaturgia y crea su propia trama, la pieza de su vida, crea su propia realidad y drama», ahondó.

Por eso, lo fascinante para este dramaturgo candidato a un premio Tony en 2003 fue «lidiar con la anatomía de la dramaturgia, con su «esencia y densidad».

La obra original, de unas cuatro horas de duración, ha sufrido «muchísimos cortes» hasta conseguir una pieza con «Hamlet, Príncipe de Cuba», que no excede de los 90 minutos, explicó.

Pero este Hamlet no ha perdido por eso la intensidad dramática del personaje cuyos continuos cálculos paralizan sus facultades de acción para vengar la muerte de su padre.

Al final, prosiguió Cruz, Hamlet «no puede evitar, de una manera u otra, «terminar con las manos sucias y llenas de sangre» también en esta adaptación, en la que el personaje de Claudio (tío de Hamlet y asesino de su padre) podría ofrecer similitudes con Fidel Castro, quien, apuntó, «destruyó la dictadura de (Fulgencio) Batista, pero Cuba cayó bajo la opresión de Fidel».

En cualquier caso, «sólo hice una traducción de la pieza, no la dirigí ni adapté», aclaró Cruz, quien confesó que el placer que encontró en la traducción de esta pieza rara vez lo encuentra en «muchas obras de teatro moderno», que no disfruta ni le interesan.

Cruz, que ha impartido clases de Arte Dramático en las Universidades de Yale, Brown y NYU, comentó que se encuentra en estos momentos trabajando en la escritura del libreto para la ópera «Bel Canto», basada en el argumento del libro homónimo y best-seller del New York Times. EFE

 

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